Recuerdo que desde muy temprana edad me sentía motivado a hacer cosas que ayudaran a proteger o mejorar el medio ambiente. Me molestaba tanto ver a otros botar basura en las calles. Junto con mi padre y mis hermanas, plantamos más de 25 árboles que crecieron grandísimos para embellecer las calles, dar sombra y ayudar a limpiar el aire alrededor de nuestro vecindario. 17 años después comencé mi negocio para distribuir residuos de papel de imprentas y oficinas para reutilizarlos reciclándolos como materia prima para fabricar otras calidades de papel. Después de 28 años en el negocio de reciclaje de papel supliendo fábricas de papel higiénico, decidí expandir el concepto identificando y comercializando productos terminados nuevos descartados por estar fuera de especificación, y encontrando nuevos hogares globales para darles uso en lugar de terminar en un relleno sanitario. Millones de productos no especificados se descartan cada año porque no cumplen con las especificaciones del proceso de fabricación del producto o por exceso de inventario.